La evolución del diseño de oficinas: pasado, presente y futuro

A partir de sus 43 años de experiencia en el sector laboral, nuestro socio Cador con sede en Madrid y Barcelona analiza la historia del diseño de oficinas y la evolución y futuro del mercado de oficinas.

En los últimos 40 años, desde mediados de la década de 1980 hasta ahora, todo lo que conocemos ha sufrido un cambio significativo: industrias, modelos comerciales, personas y lugares de trabajo. La evolución de la oficina se ha ido produciendo.

Nuestra perspectiva de la vida ha evolucionado tanto en el ámbito profesional como en el personal. Esto supone un cambio, de priorizar el trabajo individual a valorar el trabajo en equipo, y alejarse de la toma de decisiones de estilo piramidal en las empresas hacia un enfoque más transversal, que valora las relaciones con las personas y las decisiones empresariales de manera integral.

En los ochenta, oficina de diseño y la construcción favoreció en gran medida los espacios cerrados con estaciones de trabajo determinadas por el espacio disponible de la empresa en lugar de las necesidades de los empleados individuales para realizar su trabajo de manera efectiva, a menudo priorizando el cumplimiento de las regulaciones sobre la practicidad.

En aquel entonces, el diseño de oficinas era relativamente uniforme, y las únicas características distintivas eran la calidad de los muebles y los materiales utilizados para divisiones y pavimentos. Dos consideraciones principales fueron la privacidad acústica y visual, generalmente lograda a través de particiones opacas, que señalaban el estatus del ocupante y lo separaban del resto de trabajadores. El uso de diferentes acabados de mamparas, estilos de mobiliario y tamaños de oficina ayudó a diferenciar el diseño de las oficinas tanto entre las grandes corporaciones multinacionales como entre las pymes.

Con el tiempo, el diseño de oficinas cambió gradualmente hacia la colaboración interdepartamental y los espacios abiertos, con oficinas individuales reservadas solo para directivos, promoviendo una mayor camaradería y comunicación entre los compañeros de trabajo. Las empresas comenzaron a adoptar el uso de Internet: las multinacionales comenzaron a implementarlo ya en 1985, mientras que las empresas más pequeñas tardaron más en adoptarlo debido a los costos asociados.

No fue hasta la década de 1990 que Internet comenzó a convertirse en un lugar común, y, desde 1998, gracias a los esfuerzos de varios operadores, este se implantó de forma generalizada en los hogares españoles. Esto revolucionó no solo la vida personal de las personas, sino también la forma en que se realizaba el trabajo hasta ese momento.

Praderas, puestos de trabajo no asignados y ecología

Posteriormente, surgió una nueva tendencia hacia espacios de oficina menos compartimentados. Este concepto, conocido como “praderas” o áreas abiertas, se originó en Nueva York y fue atribuido al arquitecto italiano Gaetano Pesce, quien a mediados de los 1990 diseñó por primera vez una oficina con este nuevo concepto para una empresa de publicidad.

Hacia finales de la década de 1990, comenzaron a surgir nuevos conceptos de oficina, como "puestos de trabajo no asignados", espacios de concentración y áreas de colaboración, lo que provocó más cambios en el diseño de oficinas. Los espacios se volvieron cada vez más abiertos, con zonas designadas para que los equipos interactúen, así como para la concentración individual.

Los avances tecnológicos han jugado un papel crucial en estos cambios. Los teléfonos móviles han aumentado la movilidad, mientras que Internet ha permitido un acceso rápido a la información. Las videollamadas también han reducido la necesidad de viajar, logrando que personas en diferentes lugares se puedan conectar, lo que se traduce en un ahorros de costes para las empresas. Estas tecnologías han llevado a una creciente conciencia de las preocupaciones ecológicas, y muchas empresas enfatizan la sostenibilidad económica y ambiental.

Sin embargo, algunos sectores y empresas tradicionales no adoptaron estos conceptos hasta mucho más tarde debido a la crisis de 2008, y recién en 2014 se generalizó su implantación. Por ello, a principios del siglo XXI se vuelve a poner el acento en conceptos tanto nuevos como ya establecidos como la ergonomía y la flexibilidad.

Empresas transversales, equipos multidisciplinares

El acceso a la información y a la rápida comunicación ha revolucionado los conceptos y acabados del diseño de oficinas. Con una mayor globalización, las empresas han cambiado hacia un enfoque más transversal, que requiere espacios donde los equipos puedan colaborar en varios proyectos sin estar ubicados en el mismo edificio o ciudad. Las videollamadas y la comunicación digital han reemplazado la necesidad de viajes y reuniones en persona.

Las oficinas ahora deben proporcionar espacios para que los equipos multidisciplinarios trabajen juntos y para que las personas piensen y colaboren. Los espacios de trabajo flexibles y abiertos con diversas opciones de mobiliario son cada vez más comunes, ya que las empresas priorizan la atracción de talento y el trabajo en proyectos globales por encima de la individualidad. La transparencia y la flexibilidad son valores clave que impulsan esta nueva era, y el diseño de oficinas debe reflejar esto.

Bienestar, biofilia y colaboración

Hoy en día, las empresas buscan la máxima flexibilidad para adaptarse a los nuevos tiempos. Nuevos conceptos como "neuroarquitectura" demuestran la influencia de los espacios en el bienestar mental; así la luz natural tiene un impacto directo en nuestro estado de ánimo y bienestar. A la hora de diseñar oficinas, debemos priorizar la coherencia, la sencillez y la sostenibilidad medioambiental. El concepto de "biofilia" tiene como objetivo llevar la naturaleza a los espacios de trabajo.

En los últimos años, las empresas valoran no solo la colaboración interna entre áreas, sino también la interacción con el entorno empresarial que les rodea, dando lugar a una tendencia de transparencia y flexibilidad en la creación de espacios compartidos como los espacios de coworking. Estos permiten a diferentes empresas trabajar juntas, colaborar y formar una comunidad basada en afinidades y sinergias compartidas.

En general, el mundo de las oficinas ha experimentado cambios significativos en los últimos 40 años, y esta evolución continúa. El trabajo del futuro se caracterizará por los ecosistemas digitales, la gestión multidisciplinaria del talento y los nuevos modelos operativos que priorizan la tecnología y la flexibilidad, como se ve en el concepto emergente de "gig economy".

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