El coronavirus ha obligado a empresas de todo el mundo a buscar nuevas formas de organizar su trabajo. Un modelo que combine el trabajo remoto y el tiempo de oficina es una opción viable para la mayoría de ellos.
La situación actual exige alternative formas de comunicación corporativa, horario laboral y presencia física en la oficina. Algunas empresas han permitido que los empleados continúen trabajando de forma remota hasta al menos 2021, otras han introducido horarios escalonados y grupos de trabajo más pequeños en el lugar de trabajo. Sin embargo, la persistente incertidumbre sobre los desarrollos futuros ha llevado al trabajo híbrido, que combina el trabajo remoto con el de oficina.
La propensión a este modelo también está confirmada por un Puede estudiar de Stanford, que muestra que el 55% de los trabajadores estadounidenses quieren combinar el trabajo en casa y en la oficina. De acuerdo a nuestra encuesta del entorno laboral en el período Covid, el 38% de los empleados considera que una combinación de trabajo desde el hogar y la oficina es la mejor en términos de productividad.
Las características básicas del trabajo híbrido incluyen una mayor autonomía para que los empleados decidan dónde desean trabajar en un momento dado. También requiere que los empleados piensen activamente sobre con quién tienen que trabajar y cuándo, con quién deben reunirse en persona, qué afecta su productividad y qué deben hacer. Ciertamente, el trabajo híbrido no es sinónimo de total libertad y flexibilidad.
El seguimiento físico de las personas del equipo ha sido sustituido por la gestión de tareas. En la práctica, las empresas que han adoptado un enfoque híbrido suelen fijar días para reuniones y colaboraciones en la oficina y jornadas de trabajo remoto para realizar tareas con enfoque individual. La presencia física es adecuada, por ejemplo, para:
- lanzar o completar proyectos
- contratar un nuevo miembro y formar el equipo
- sincronizar actividades
- reuniones con socios y clientes clave
Nicholas Bloom, profesor de economía en la Universidad de Stanford y teletrabajador, estima que la gente trabajará desde casa en promedio dos días a la semana después de que la pandemia desaparezca. Según él, esta configuración es ideal para mantener la productividad y reducir el estrés de los desplazamientos.
Marco Minervini, investigador en diseño organizacional de la escuela de negocios europea INSEAD, advierte que un modelo mixto puede crear una brecha entre los trabajadores de oficina y los de oficina en casa. Según él, el trabajo híbrido puede potencialmente agravar la brecha de género, porque se espera que las mujeres asuman las responsabilidades del hogar.
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Autor de la foto: Unsplash